¿Me estaré enamorando?

¿Me estaré enamorando?

La sonrisa tonta cuando nos escribimos, los nervios cuando sé que estás a punto de aparecer, el latido acelerado del corazón cuando me abrazas. ¿Cómo es posible? Reconozco esas señales y detecto el peligro. La obsesión va creciendo. 

Incluso cuando escribo estas líneas me sonrojo. Y se me escapa una sonrisa y siento que los ojos humedecen de la emoción. ¿Cuántas veces me he conectado a WhatsApp para localizar tu chat y mirar tu foto de perfil?

Por enésima vez. Ni siquiera sales tú. 

Pero sabe a ti.

¿Cómo pudo pasar? ¿Yo dejé que pasara? 

Guardas todos los atributos que busco y valoro en un hombre: la sensibilidad, el humor, la complicidad, la conversación. Eres tan cariñoso. Y hueles tan bien. Yo sabía que era fácil que me gustaras y no dejé desarrollarlo, pero ahora estamos empezando a cruzar la línea que separa lo desconocido de lo atractivo. Somos mucho más cercanos. De hablar cada tanto en tanto hemos pasado a hablar prácticamente a diario. De no vernos nunca fuera del trabajo hemos pasado a quedar para tomar algo cada semana. Basta, en serio. 

¿Y cómo puedes atraerme tanto sexualmente? Te imagino poseyéndome desde diferentes posturas, y… ¿Y qué hay de las canciones que ahora de repente me recuerdan a ti? Ni siquiera las hemos escuchado juntos. Pero como eres dueño de mis pensamientos, te has apoderado de toda presencia en mi mente. 

No puedo dejar que ocurra…