11 de noviembre. Alimento para el alma.

Describe cuál es tu comida preferida, ya sea a la hora de comértela o de prepararla. ¿Solo sabe bien o tiene otras asociaciones?

Mi comida favorita siempre han sido los espaguetis al ragú. No importa el lugar del mundo en el que me encuentre: ese plato estrella no falla jamás. Miento, en realidad a veces sí lo hace. Y es que cada uno tiene una forma muy particular de guisarlos: con menos o más carne, con exceso o carencia de tomate. Pero suele gustarme, así que el éxito está prácticamente asegurado. 

Partiendo de que mi historial genético es prácticamente carnívoro, no sabría si tiene otras asociaciones más allá de esa afirmación. El primer recuerdo, sin embargo, que guardo con ese plato, es de hace unos veinticinco años. Me acuerdo de estar un mediodía de verano viendo la película de Tod y Toby, de Disney, en nuestro apartamento en Playa de Aro, mientras comía felizmente un platazo de espaguetis con tomate. Parece que fue ayer, y realmente es un recuerdo de lo más sencillo, pero le tengo mucho cariño. Al observalo, lo único que siento es alegría y mucha paz.  

También guardo en mi memoria un viaje en crucero que hice junto a mi familia, por la costa italiana. Ya habían pasado algunos años desde ese primer episodio, pero todavía era pequeña. Pues bien, me pasé el viaje entero cenando espaguetis al ragú. El camarero prácticamente no necesitaba preguntarme. 

¿Más momentos? Cuando, también durante la época estival, bajábamos en coche cada miércoles desde Sitges a Barcelona, a visitar a mi padre a su despacho. Íbamos los cuatro juntos a comer a un restaurante brasileño cercano. Allí, ofrecían un menú de buffet que variaba diariamente. Sin embargo, tuve la enorme suerte de coincidir con el día de la semana en que se servían espaguetis. Y estaban increíbles. Recuerdo perfectamente llenar un plato hasta arriba y, después, aún guardar espacio para otra enorme ración de carne asada. 

¡Qué felicidad! Se me hace la boca agua de solo recordarlo...